Un fin de semana en Positano
Esa tarde estaba en el bar del viejo Hotel/Le Sirenuse, la elegancia de una casa de otro tiempo. Y ahí fue donde te vi allí por primera vez, hermosa y quemada por el sol.
Detrás de ti la costa: acantilados irregulares de colores y casas encajadas entre las rocas. Un olor a mar en el aire. Y tú y yo en el barco, y al rato los bañadores flotaban en el agua.